Taller de Gráfica Popular
En 1937, la conjunción extraordinaria de un grupo de artistas de talento excepcional dio origen al Taller de Gráfica Popular (TGP), cuyo propósito central era apoyar las luchas sociales de ese tiempo mediante la elaboración y difusión de carteles, mantas, folletos, volantes y toda suerte de material propagandístico.
Herederos artísticos y políticos de los grandes grabadores del siglo XIX –y de Posada por encima de todos– los integrantes del taller llevaron a cabo un fecundo trabajo de producción del que surgieron auténticos iconos de la gráfica no sólo mexicana sino mundial.
El Taller de Gráfica Popular tiene como antecedente la sección del Taller Escuela de Artes Plásticas, abierta en 1935 como parte de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios, la legendaria LEAR. Se separa de ésta e inicia vida autónoma ya como TGP, en abril de 1935.
Sus principales promotores fueron Leopoldo Méndez, Pablo O’Higgins y Luis Arenal. Posteriormente se unieron Ignacio Aguirre, Francisco Dosamantes, Raúl Anguiano, Raúl Gamboa, Antonio Pujol, José Chávez Morado, Gonzalo de la Paz Pérez y Alfredo Zalce, entre otros.
A mediados de los años 50 la agrupación entró en crisis y salieron de ella varios de sus fundadores, quienes de esa manera daban por terminada la vida del TGP.
El taller se fundó tras la disolución de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), un grupo de artistas que apoyaba las causas de la Revolución Mexicana.
Inicialmente llamado el Taller Editorial de Gráfica Popular, sus fundadores tomaron de una rica tradición de Grabado Mexicano, particularmente el legado de José Guadalupe Posada.
Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas, el trabajo del Taller apoyó las políticas del gobierno, incluida la Expropiación Petrolera.
En 1940, el muralista David Alfaro Siqueiros lanzó un ataque armado contra la residencia del exiliado de la Revolución Rusa León Trotsky. Utilizó el taller como base de operaciones y algunos de los artistas del taller formaron parte del escuadrón.
El Taller sufrió inestabilidad económica y tuvo que ser cambiado de lugar en varias ocasiones. Sin embargo, y gracias a la gestión de quién fuera su director por 40 años, Jesús Álvarez Amaya, el taller cuenta desde el año 2000 con una sede fija ubicada en Dr. Villada 46, colonia Doctores, Ciudad de México.